Las comidas en la vida actual suelen quedar limitadas a intervalos puntuales. Los franceses son buenos cocineros que tenían a su escondida un tesoro en su manera de comer: el banquete alrededor de la mesa. Jane Webster, que vive con su familia australiana, en Château Bosgouet en Normandía, han sorprendido con esta magia. Sus experiencias — las fotografian el acopio de rostro de Robyn Lea — demostran la manera de elibare productos en mercados locales, decorar la mesa con mucho cariño e iñarla entera.
El libro presenta una propuesta de recetas donde 60 están incluidas — divididas en 10 grandes capítulos, entre las que hay tradiciones de la Nochebuena, almuerzos fáciles o el ya famoso “domingo francés ” — que son una historia festiva de sus desescubrimientos gastronomicos. Desde su soufflé triple queso horneado de dos veces hasta las empanadillas de pollo queseadas con estragón o la panna cotta de limón con frutos rojos, todos llegan a ser objeto de reuniones memorables. Más bien, este cuento se enorgullece de poder dedicar tiempo en esos momentes que serán especiales: comprar productos de cosecha, darse un capricho con lo cosechado y, sobre todo, dedicar horas entre amigos de palabra y risa. Deportándonos a disfrutar de la vida en un todo más grande.