Los trabajos de Roy Lichtenstein, inspirados en cómics y bañados de humor han pasado lo más oscuros de los quince años de haber sorprendido a los amadores de la arte, de por lo menos. Patrimonios innumerables e institucionales, Galerías, en gran escala se encargaran de colocar sus obras icónicas, mientras el mercado del arte compite freneticamente por su obra icónica. Este genioso del pop artist convirtió cosas inservibles - desde perritos recién pedidos a cubos de basura – en álbumes picantes que desafiaron los estéticos modelos típicos para de nuevo el arte estadounidense en los tumultuosos años sesenta.
La distinguida historiadora Avis Berman trae a Assouline este año sin excepción una selección de cien obras fundamentales que reflejan la voz de Lichtenstein. Desde los emblemáticos
Whaam!
y
Drowning Girl
y hasta sus arriesgadas reinterpretaciones de artistas como Picasso y Van Gogh son todo un viaje visual. Espérele incluso sus planes urbanos, como el vivido
Times Square Mural